lunes, 26 de enero de 2015

MUTACIONES







Hoy he vivido una vida entera, sin pensarlo siquiera. He crecido contemplando la calle estrecha y brillante desde la ventana, por la que apenas circulaba la brisa, y al volver involuntariamente hacia el interior de la estancia, he roto por accidente, un rayo de luz en mil añicos de oro, dispersados y recompuestos inmediatamente tras mi sombra y he seguido creciendo al comprobar que podía recoger éste otro universo, cargado de vida micro-orgánica, con una sola mano. Pero también he sido infinitamente pequeño y libre cuando un estremecimiento recorría mi cuerpo mientras miraba los astros, que el sol me impedía ver entre tanto durara el día.
Decididamente, el tamaño de uno es inversamente proporcional al objeto de comparación.
Al cerrar los ojos he recuperado mi verdadera dimensión, etérea, inconmensurable, minimalista. Todo lo que veo con los ojos cerrados es de mi tamaño y comprensión, los astros y los átomos, lo evidente y lo esotérico.
Lo vulgar, lo nauseabundo y lo grosero, que se me presente, lo voy a dejar para mañana cuando despierte, ahora quiero seguir soñando.

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