martes, 10 de mayo de 2011

El secreto de la felicidad.




He visto a buenos profesionales tristes, a gente religiosa aburrida, ejecutivos desesperados y gentes de toda condición alienados, sumisos, aceptando una realidad que nunca quisieron.
He visto los ojos vacíos en los transportes públicos, en las consultas, ojos sin alma y sin aliento.
He visto sufrir de amor correspondido y llorar por lo que se ha perdido.
No es que quiera ver la tristeza, todo lo contrario, busco un brote de alegría en la maraña que me rodea, pero no negaré lo que tengo delante.
Una vez vi unos jóvenes riendo y cantando, bailaban sin música y parecían felices, pero estaban borrachos o drogados.
Una anciana me saludó con una sonrisa, estaba sentada en una piedra blanca, como quien contempla el paso de la vida, todo era dulzura en su expresión, como si conociera el secreto de la felicidad después de tantos años vividos. Vi que alguien enjuto de ceño fruncido y pelo hirsuto hacía por ayudarla a levantarse y en su actitud comprendí que se le daba el trato como a los que han perdido la cabeza.
Quizás fuese una anciana enferma de felicidad.

3 comentarios:

  1. No sé si cuando uno es feliz hay que guardar el secreto, y por eso hay que buscarlo. Es como si fuese un tesoro.
    Pienso, creo y aspiro a ser feliz, la cuestión es que la felicidad hay que currársela. Y hay que tener predisposición para encontrarla. Pase lo que pase sigo creyendo en que existe y está en alguna parte, a veces incluso la he tocado y la he vivido...Seré anciana??

    ResponderEliminar
  2. La tristeza debería ser la normalidad en el mundo. No sé la razón exacta de las alegrías de muchos.

    ResponderEliminar
  3. Esos pequeños momentos de la vida donde uno parece que alcanza de algún modo esa tan codiciada utopía llamada felicidad, deberían poder envasarse para poder sacarlos a necesidad, aunque los desgastaríamos enseguida.
    Te dejo una de mis frases preferidas:
    ..."una sonrisa enriquece a quien la recibe sin empobrecer a quien la ofrece, a veces dura un segundo, pero su recuerdo es imborrable".
    Quizás si aprendiéramos a brindar esa sonrisa, se nos multiplicaría a la vuelta y comenzaríamos a degustar esa felicidad.
    Un beso.

    ResponderEliminar