jueves, 7 de abril de 2011

LA COSECHA DEL MIEDO II



-Es imposible que no nos hayan visto.
=Lo que es posible es que ya no les interesemos, tendrán otros objetivos.
-¿A quién puede interesar nuestros temores?
=Somos nosotros los que no importamos, de nuestro temor ya se han aprovechado.

Como un glaciar humano descendieron lentamente por suaves colinas desconocidas.
Compacto y silencioso pero ordenado como por una mano invisible el pueblo, que había protagonizado los grandes designios de la comunidad, vagaba ahora sin alma.

Se detuvieron ante los restos de una antigua acrópolis que el paso del tiempo no había deslucido su esplendor. Aún se adivinaban los caminos bordeados de granito y lo que fueron unas torres de sílice y titanio.
Algunos comercios aún conservaban los cristales blindados y las persianas metálicas que no parecían forzadas.
Nadie preguntó nada, porque nadie lo ignoraba. Esa ausencia fría, era la cara del miedo, el rastro inconfundible del terror.
Cruzaron sin detenerse hasta los confines de esa naturaleza muerta que un día albergó otras almas y otros sueños no muy diferentes a los nuestros....

1 comentario:

  1. La sola impresión de que no les interesen ni nuestros miedos, da pavor. La foto es muy certera.

    ResponderEliminar